El nuevo impuesto al plástico: ¿Qué impacto tiene y qué oportunidades ambientales supone?

El uso excesivo del plástico y su impacto en el medio ambiente es uno de los mayores desafíos ambientales de nuestro tiempo. Frente a esto, muchos gobiernos ya están implementando medidas para contrarrestarlo. Una de esas medidas y de las más recientes es la del impuesto al plástico

¿En qué consiste este nuevo impuesto?

El nuevo impuesto al plástico es una medida que nace para reducir el uso de plásticos en productos de uso cotidiano, como bolsas, botellas, envases y otros productos de consumo masivo. La idea principal no es otra que aplicar un impuesto a la producción, importación o adquisición intracomunitaria de envases no reutilizables de plástico, según la cantidad de plástico que contienen. Cuanta mayor cantidad de plástico, mayor será el impuesto.

Al aplicarse tanto en la producción como en la importación, hace a las empresas productoras responsables de pagar este impuesto. Si bien los detalles de la implementación del impuesto varían según el país, el objetivo principal es el mismo: reducir el consumo de plástico y fomentar prácticas más sostenibles en la producción y el consumo.

Con respecto a la cantidad a pagar, de manera general, para las empresas que utilicen plástico no reutilizable se pagará una tasa extra de 0,45 euros por cada kilogramos de plástico. Si se trata de envases compuestos por varios materiales y uno d ellos es plástico, se pagará por la cantidad que puedan contener. Con respecto a las solicitudes y modelos para realizar el pago ante la Agencia Tributaria, se puede consultar en este enlace.

¿Cómo afecta este impuesto a las empresas productoras?

Las empresas que más plástico producen serán las más afectadas, pero de manera general podemos identificar dos impactos clave:

  1. Aumento de los costes de producción. Al aplicar un nuevo impuesto sobre el plástico, las empresas productoras tendrán que pagar más por el plástico y también por el plástico que contengan sus productos, pudiendo reducirse su rentabilidad y competitividad en el mercado.
  2. Disminución de la demanda de productos con plástico. En los últimos años la conciencia ambiental de la sociedad ha ido creciendo exponencialmente, hasta el punto de que una buena parte de los consumidores sí tienen en cuenta aspectos como el consumo del plástico, y puede jugar un papel importante en la toma de decisiones con respecto a consumir un producto u otro, decantando la demanda hacia el lado sostenible, lo cual podría afectar a las ventas y rentabilidad de las empresas productoras.

¿Cómo pueden adaptarse a este impuesto las empresas productoras?

Este impuesto puede suponer una oportunidad a nivel ambiental para desarrollar soluciones innovadoras o mejoras de vanguardia que eleven los productos a lo más alto en cuanto a sostenibilidad. Algunas de esas mejoras u oportunidades pueden ser:

  1. Optimización de las cadenas de suministro implantadas. Las empresas productoras pueden optimizar su cadena de suministro con el fin de reducir la cantidad de plástico utilizado en la producción y el transporte de sus productos, utilizando por ejemplo materiales de embalaje más sostenible o reducir la cantidad de envases de plástico en el transporte.
  2. Desarrollo de productos más sostenibles. Mediante un ecodiseño de sus productos, Las empresas productoras pueden invertir en el desarrollo de productos más sostenibles y amigables con el medio ambiente. Por ejemplo, pueden utilizar materiales biodegradables o reciclables en lugar de plástico. Estos renovados productos resultarán más atractivos para los consumidores conscientes del medio ambiente y también pueden generar un impacto positivo en la marca de la empresa.

En Gaiambiente, como consultora ambiental, podemos ayudarte a gestionar este tipo de soluciones y estrategias para cumplir con la normativa y hacer frente a este nuevo impuesto. Si tienes alguna duda o quieres saber más no dudes en ponerte en contacto con nosotros, estaremos encantados de ayudarte.