La colaboración y la concienciación como herramientas para evitar tirar a la basura tanta comida

¿Cuántas veces habrás oído de boca de tus padres que no podías levantarte de la mesa sin antes acabarte lo que tenías en el plato? Claro, no sólo había que aprender a comer variado, incluso cosas que no nos gustaban, sino que no se iba a tirar la comida a la basura. Sin embargo, muchos padres sí que terminaban tirando algo de comida a la basura. En el fondo, el día continuaba y rara vez había tiempo para hacer cumplir esa palabra. El niño se salía con la suya, vaya. Ahora, algunos de aquellos niños son los padres. Y, a pesar de su experiencia «en el otro bando», no siempre pueden darle la vuelta a la situación. El ciclo se repite y parte de la comida acaba en la basura.

Pero esta no es la única forma con la que desperdiciamos comida en las casas, por desgracia. Hay comida que se nos echa a perder porque no nos acordamos cuándo caducaba o comida que hemos cocinado de más y que luego se nos olvida que habíamos guardado en un táper, entre otros ejemplos. En España se desperdician alrededor de 7.7 toneladas de comida al año. De ese total, un 42% corresponde a los hogares españoles, es decir, en nuestras casas se desperdician alrededor de 3.23 toneladas de comida al año.

El desperdicio alimentario es un problema al que no se le da la suficiente importancia

Está más que claro que, ya sea por un motivo o por otro, desperdiciamos mucha comida. Volviendo a lo que decíamos al principio, cuando somos niños nos intentan inculcar que no hay que tirar la comida, que no hay que desperdiciarla. Personalmente, recuerdo que mi abuela me decía que con el hambre que pasan muchos niños en el mundo que cómo iba a tirar yo mi comida. Vaya, seguro que no fui la única persona a la que le dijeron eso. Y, sin embargo, parece que no aprendimos la lección.

Si el 42% del total de la comida que se desperdicia en España viene de los hogares eso significa que el 58% restante viene de las empresas. Aproximadamente 4.47 toneladas de comida son tiradas a la basura por parte de las empresas. Esto es mucho peor. No ya porque sea una cantidad mayores, sino porque muchas de estas empresas tienen en la comida su principal actividad comercial, es decir, son restaurantes, bares, agricultores, etc. Por tanto, aparte del terrible desperdicio alimentario, están perdiendo dinero innecesariamente. Según el Ministerio de Agricultura y Pesca, el 85,6%, son alimentos sin procesar, que se desechan sin tan siquiera haberlos tocado. Frutas, verduras, hortalizas, pan… todo ello acaba en la basura.

Hay que apostar por una compra responsable

No podemos seguir tirando tanta comida. No puede ser que se hable de este tema como si fuese un especie de gestión de residuos, no lo es. O, al menos, no debería serlo. Tenemos que pensar qué vamos a comprar y si podemos permitírnoslo. No ya por el dinero que nos cuesta, que también, sino por el espacio que tenemos en nuestra cocina para guardarlo y por si vamos a ser capaces de darle una salida antes de que caduque. En el caso de las empresas el dinero importa mucho más. Se entiende que quieran aprovisionarse bien para cubrir la demanda que puedan tener, pero si se les echan a perder tantos alimentos es porque no están haciendo sus cálculos bien.

Y si tenemos comida ya preparada hay que darle una salida igualmente. Podemos reutilizarla, usarla para preparar nuevos platos, hay muchas opciones, pero tirarla a la basura tiene que ser siempre la última. Esto puede ser incluso una oportunidad de negocio para las empresas. Gracias a aplicaciones como Too Good to Go o Phenix es posible dar una salida a ese excedente que de otra forma acabaría en la basura. No es sólo el dinero que pueden ganar con ello para cubrir los costes de esos platos que no se han podido servir, sino que aporta una imagen muy buena para la empresa. Transmite que de verdad hay una preocupación por toda esa comida que acabe en la basura, una preocupación que también comparten muchas personas.

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